Si quieres emprender como coach o si ya lo has hecho, sabrás que hay una serie de pasos que son importantes si quieres que tu proyecto salga adelante.
Seguro que en Internet encuentras muchísimos consejos y los errores que todo coach debe evitar a toda costa (yo misma escribí uno que puedes ver haciendo clic aquí), pero hay uno de ellos del que poco se habla y que es esencial si quieres emprender: la preparación.
Más allá de la preparación teórica y esa tarea de empaparte de todos los conceptos nuevos que rodean tu negocio, como estrategia, email marketing, Facebook Ads, SEO y un largo etcétera. Me refiero a la preparación emocional, financiera y social.
Porque sí, necesitas estar mentalizada que será un camino lleno de rocas que parecen imposibles de escalar, mañanas de soledad frente a tu ordenador y noches en vela intentando entender lo que parece prácticamente incomprensible para tu cerebro.
Por ello, hoy te quiero hablar de cómo puedes preparar tu fuerza emocional y moral para que puedas cumplir tu objetivo y vivir de tu proyecto de coaching.
Preparación emocional
De toda la preparación que necesitas para emprender como coach, creo que la emocional es la más importante de todas. La carga emocional de emprender puede ser muy pesada, créeme.
Muchas veces, ante las dificultades, algún error “trágico” o simplemente el cansancio, en tu mente dejará de tener sentido todo. Estarás totalmente perdida, sin saber quién te mandó a ti meterte en esto de emprender como coach, y no verás solución alguna.
Y en ese momento, una estrategia emocional puede ser tu salvación. Más allá de los factores empresariales, los emocionales serán los que determinen el progreso de tu proyecto. Por lo tanto, ten siempre presentes (y si puede ser por escrito y bien visibles) las razones por las que estás haciendo lo que estás haciendo.
Pregúntate qué es lo que quieres con tu proyecto (más allá de ganar dinero, puede ser tener flexibilidad de horarios, vivir de algo que te hace feliz…), es decir, para qué haces lo que haces.
Mi para qué, por ejemplo, está relacionado sobre todo con ayudar a otras personas que deciden crear su negocio y evitar que caigan en los mismos errores que yo caí. Y es que cuando decidí montar mi primer negocio lo pasé muy mal y por ello no quiero que a los demás les pase lo mismo. Es normal que todos tomemos decisiones erróneas, pero mi objetivo es que sean menos, más rápidas y que cuesten poco dinero.
¿Cuál es tu para qué?
Preparación financiera
Aunque la emoción es fundamental, hay factores objetivos que no podemos dejar de lado. Y te lo digo por experiencia: la rentabilidad del proyecto determinará si finalmente sigues adelante con él.
Yo siempre recomiendo tener un colchón de emergencia, especialmente al comenzar con tu proyecto como coach. Las cosas pueden ir un poco despacio al comienzo, y tener la “necesidad” de dinero urgente puede empeorar mucho las cosas.
Porque no olvidemos que tu para qué no debe centrarse solo en ganar dinero. Pero tampoco olvidarnos de que es uno de nuestros para qué.
Te lo digo porque conozco muchos coach que, al principio, sienten esa necesidad de bajar sus precios y hacer incluso sesiones gratuitas. Las razones más comunes de hacer esto suelen ser “no tengo experiencia” o “si me encanta lo que hago, lo haría hasta gratis”.
Estos bloqueos económicos forman parte de la preparación financiera que necesitas. Las creencias limitantes sobre el dinero han arruinado más proyectos de los que te imaginas. Te mereces ganar dinero. Te mereces sacar beneficio económico de tus sesiones de coaching, aunque las disfrutes con toda tu alma. Si no resuenan contigo estas dos últimas frases, comienza a trabajar tu preparación financiera.
Existe muchísima información en internet sobre la abundancia y las creencias limitantes con el dinero, así como vídeos y libros buenísimos. Mi recomendación es que empieces ya, antes de que esto sea lo que le ponga freno a tu aventura emprendiendo como coach.
Preparación social
Y sí, no podía dejarme de lado la preparación social. Porque muchas veces y especialmente los primeros meses de tu negocio, las horas pueden hacerse indefinidas delante de tu proyecto. Son tantas cosas de las que estar pendiente y tanta la ilusión que hace el nacimiento de tu proyecto que nos olvidamos de algo esencial para todo ser humano: la vida social.
Trabajar 14 horas diarias (o más, que nos conocemos) para sacar adelante tu proyecto como coach no tiene ni pies ni cabeza. Las dos lo sabemos. Es normal que te impliques, pero sin llegar a esos extremos.
Aún así y con esto que te acabo de decir, la preparación social es fundamental. Tienes que explicarle a tu familia, tu pareja, tus amigos… que ahora tienes algo “grande” entre manos. Contar con su apoyo será fundamental, especialmente cuando decidas quedarte un sábado hasta tarde trabajando.
Además, si tu oficina está en casa, deberás avisar de tus horarios y que no por estar en casa significa que no estás trabajando. Conozco alguna clienta que no conseguía trabajar productivamente en su casa porque continuamente recibía distracciones por parte de su marido y de su hija. Un día, se sentó a hablar con ellos y pactó un tiempo en el que, aunque ella estuviera en esa habitación, deberían tratar como si no fuera así.
Y funcionó. Es entonces cuando corroboré mi teoría que si hubiera hecho una preparación social, hubiera evitado miles de horas perdidas.
Bonus: otros errores en los que no me gustaría que cayeras
No me quiero despedir de este artículo sin darte dos de los errores que frecuentemente veo entre mis clientas.
El primero es querer hacerlo todo. Y cuando digo todo, es todo. Igual crean una web, hacen sus fotografías, llevan la contabilidad y se encargan de montar la mesa del despacho si hace falta. Voy a decírtelo con una sola palabra: calma.
No hace falta que te encargues de todo. Sí, se que al principio no tienes mucho presupuesto y que cada céntimo cuenta. Pero, ¿sabes lo que ocurre cuando te quieres encargar de todo tú? Lo primero, te agotas. Y cuando lleguen las sesiones con tus clientes, lo notarán. Lo segundo, no puedes hacerlo bien todo. En algo vas a fallar. Y tercero, si delegas, ganas calidad de vida. Creo que son razones de sobra para invertir en aquello que o no te se da bien o no te gusta o prefieres que lo haga otro.
El otro error que no me gustaría que cometieras es el de no pedir feedback a tus clientes. Muchas veces creemos que sabemos lo que piensan otros, pero nos olvidamos de la opinión más importante: la de tus clientes.
Pregúntales qué les parecen tus servicios, qué opinan de tu web, qué mejorarían, qué prefieren… esa información vale su peso en oro. Te lo aseguro.
Ahora que ya sabes los errores que debes evitar si quieres emprender como coach, cuéntame: ¿cuál de ellos crees que has cometido? ¿Te has preparado bien antes de lanzarte?
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