¿Tú también tienes la sensación de que no avanzas con tu negocio y estás estancado en el mismo punto desde hace muchísimo tiempo?
¿Vives en una especie de piloto automático, que lo que haces no tiene mucho sentido, o que por más planes que tengas, nunca llegas a ver resultados?
En ese caso, te doy la bienvenida al club 😉
Porque sí, todos los emprendedores pasamos por etapas de estancamiento periódicamente, lo que pasa es que pocos lo reconocen.
De hecho, puede ser que estés en un momento de bloqueo, y que no seas del todo consciente de ello.
Hay momentos en los que por más que nos movemos, los clientes no nos contratan, nos falta claridad para implementar acciones, o el modelo de negocio que hemos creado nos agobia demasiado, pero no sabemos cómo salir de ahí.
La buena noticia es que hay solución. Recuerda que sentirse estancado es una sensación, más no un hecho, y en cualquier momento puedes ponerte a accionar, y de esta forma salir del bloqueo.
Lo difícil es saber por dónde empezar, ¿verdad?
Pues quédate porque en este post te cuento qué hacer cuando pasa el tiempo y sientes que no avanzas con tu negocio.
¿Sientes que no avanzas con tu negocio y siempre estás en el mismo punto?
Como te decía, las etapas de estancamiento son más habituales de lo que puedas pensar.
Si tú estás en una de ellas, es imprescindible que mantengas la positividad para que la situación no empiece a darte igual.
En este tipo de etapas es fácil caer en la falta de motivación y entrar en un bucle del que luego es más complicado salir.
De ahí que mi primer consejo sea que te mentalices con que esto es algo temporal, y que pronto vas a encontrar la manera de darle la vuelta a la situación.
Este tipo de mentalidad te ayudará a tener ideas más creativas y a detectar oportunidades que con otro estado de ánimo te pasarían desapercibidas.
FASE 1 – ¿Desde dónde partimos?
Ya con este punto aclarado, lo siguiente que te recomiendo es que hagas una reflexión sobre lo que te ha llevado a tu situación actual.
Si no tienes claridad de dónde estás, jamás podrás salir de ahí. Y sí, sé que a veces la claridad nos da miedo y preferimos mirar hacia otro lado, pero es importantísimo que hagamos este trabajo de honestidad.
Reflexionar sobre esto te va a ayudar a encontrar las claves para tener un punto de partida desde el que poder salir del estancamiento.
Algunas de estas posibles razones pueden ser que te hayas acostumbrado tanto a tus excusas que te las has terminado creyendo, que te cuesta tomar decisiones, que el síndrome del impostor te boicotea, que te falta una estrategia clara y efectiva, que te has acostumbrado al conformismo, que te han asesorado mal…. Hay cientos de motivos, y tu primer objetivo es encontrarlo.
FASE 2 – ¿Hacia dónde vamos?
La siguiente fase, como te estarás imaginando, es pasar a la acción. Para ello, algo muy útil es preguntarte, ante las razones que has detectado en la primera fase: “¿Qué puedo hacer al respecto? ¿Qué me ayudaría a que fuera más sencillo?”
Hazte autocoaching. Ponte modo neutro, y analiza tu situación con perspectiva, al igual que lo harías con un cliente.
Por ejemplo, si has detectado que lo que te cuesta es tomar decisiones, tal vez la ayuda de un mentor sea lo que necesites para empezar a tomarlas.
Anota los pasos necesarios como si estuvieras haciendo un proceso con alguien. Al lado de cada razón por la que sientes que estás en modo estancamiento, incluye qué acción podrías implementar para gestionar la situación.
¿Y si no detecto qué es lo que me está bloqueando?
Cabe la posibilidad de que tras un período de reflexión, los motivos por los que pasa el tiempo y sientes que no avanzas con tu negocio no aparezcan.
Si esto te ocurre, posiblemente sea porque te cuesta admitir la verdad, y tu mente trata de protegerte de la realidad.
Permítete mirar hacia dentro, y preguntarte de nuevo las veces que haga falta, hasta que la respuesta aparezca.
Otra posibilidad es que tengas claro lo que te está estancando, pero no sepas qué hacer al respecto.
Cuando esto pasa, es porque el objetivo es tan grande que nos abruma. ¿La solución? Dividirlo en pequeñas acciones que puedas ir implementando desde hoy mismo.
Lo importante es que seas consciente en todo momento de lo que sí funciona y de lo que no, y cuáles son los cambios que tienes que hacer.
Puedes aprovechar este período de reflexión para revisar todo aquello que no termina de encajar y cambiarlo desde los cimientos si es necesario.
Eso sí, recuerda que en el papel queda todo muy bonito, pero que hay que pasar a la acción: acción trae más acción, que no se quede todo en un plan diseñado y abandonado.
Espero que este ejercicio te ayude a salir del estancamiento con tu negocio. Si necesitas apoyo para conseguirlo, puedes contar con el mío.
Cuéntame, ¿qué es lo que te ha llevado a no avanzar con tu negocio? Te leo.
0 Comentarios