Es posible que la idea lleve tiempo rondando por tu cabeza: ¿Cómo dejar mi trabajo y emprender con mi negocio de coaching?
Te emociona saber que vas a trabajar por fin en algo que te llena, sin estrés, a tu aire, trabajando por tus sueños. Conciliando, creciendo sin techos de cristal, haciendo lo que quieres hacer genuinamente.
Pero en el momento de la verdad, las dudas te asaltan. No sabes si será la mejor decisión, si será un error, si podrás seguir adelante con tu negocio.
Si este es tu caso y te reflejas en estas líneas, en este post quiero contarte cómo trazar un plan para dejar tu trabajo y emprender tu negocio de coaching.
¿Es realmente emprender para ti?
En el mismo momento en el que piensas «¿es el momento de dejar mi trabajo y emprender?», la pregunta que deberías hacerte antes de trazar un plan es precisamente esta: ¿es emprender tu mejor opción?
Y no es una reflexión que deberías pasar por alto, créeme.
Emprender tiene muchísimas ventajas, pero tienes que tener claro que no todo será de color de rosa, ni como lo pintan los gurús de turno que prometen jornadas laborales de 4 horas a la semana. Ni mucho menos.
Tienes que saber que emprender es montarte en una montaña rusa en la que hoy va todo bien, y tal vez la semana que viene todo se tuerce y no entiendas por qué. Es saber vivir con la incertidumbre, a cogerle gusto al riesgo, a saber que aunque lo tengas todo perfectamente planificado, es posible que ninguno de esos planes se den.
Si no tienes 100% claro que puedes asumir esto, es mejor que hagas una parada y pienses en otras opciones.
Por experiencia he visto a personas que venían a mí porque querían emprender, cuando en realidad lo que querían era:
- Escapar de un trabajo que les absorbía.
- Acabar con el estrés y las preocupaciones.
- Decirle adiós a un jefe poco afortunado.
- Poder tener flexibilidad de horarios.
- Tener un mejor sueldo y/o cambiar de estilo de vida.
En definitiva, querían dejar atrás algo que no les gustaba y ajustar su vida a sus expectativas, cuando estas se podrían cumplir perfectamente trabajando por cuenta ajena, aunque eso sí, en otra empresa.
Porque sí, sé que a veces es difícil encontrar ofertas así, pero ahí fuera hay empleos con horarios flexibles, buenos jefes y muy bien remunerados.
Trabajar por cuenta ajena también tiene sus ventajas, y por eso quería dejarte claro antes de continuar esta idea.
Antes de tomar la decisión de emprender, es importante que sepas que tener un negocio no es para todo el mundo, supone enfrentarte a desafíos a los que muchas personas no están dispuestas, así que si tú eres una de ellas, piensa en otras alternativas igualmente atractivas para ti.
Recuerdo que en mis inicios tenía un trabajo de 9h00 a 18h00. Y vaya si tenía que hacer malabares: hacía las sesiones después de las 18h00 o reuniones. Mis días empezaban a las 07h00, leyendo, contestando emails, etc. Los domingos aprovechaba para organizar la semana, preparar las publicaciones en redes sociales, preparar las sesiones con los clientes, etc.
Exige una gran dedicación, pero como era algo que yo quería mucho, sabía que era algo que tenía que transitar durante algunos meses.
Así que si aun así, tras leer esto sigues pensando que emprender es tu mejor opción, genial, seguimos entonces 🙂
Como renunciar a tu trabajo con la mayor seguridad posible
Antes de dejar tu trabajo, es interesante entender una idea, y es que puedes plantearlo como una transición en lugar de un salto al vacío.
No todo es blanco o negro. No todo es o todo o nada.
Puedes iniciar tu negocio mientras sigues con tu empleo, y dejarlo cuando tengas todo más o menos rodando.
Para ello, lo primero que te recomiendo es que sientes muy bien las bases de tu negocio.
¿Sabías que solo un 5% de los coaches logran vivir de su profesión? Los que lo consiguen, sin duda, son los que han sentado los cimientos de su negocio desde el principio.
Así que antes de plantearte dejar tu trabajo, incluso mucho antes de querer salir ahí fuera a conseguir tus primeros clientes, lo que te recomiendo es que crees un plan teniendo en cuenta los siguientes puntos:
- DAFO personal, para tener en cuenta debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
- Tu visión y misión, para no perder nunca la coherencia.
- Tus objetivos, para saber bien hacia dónde te diriges en todo momento.
- Mensaje de posicionamiento, es decir, qué haces, para quién y qué es lo que te diferencia.
- Cómo es tu cliente objetivo, para saber a quién dirigir tu foco y energía.
- Cómo le vas a ayudar, es decir, a través de qué servicios.
- Y por último, cómo le vas a dar visibilidad a todo esto.
Si quieres saber en más detalle cómo hacerlo, aquí te dejo un post en el que hablamos en más profundidad de estos puntos.
Cuando ya tienes definida la base de tu negocio, mi siguiente recomendación es que lo testees.
Sal ahí fuera y empieza a hacerte con una cartera de clientes, mientras lo compatibilizas con tu empleo.
De esta forma, irás ganando experiencia, mejorando tus servicios y haciéndote un hueco en el mercado paulatinamente.
Para conseguirlo, una buena idea es tener una buena organización personal para que puedas mantener el foco y ser constante.
Te adelanto que tal vez tengas que hacer malabares algunos días, pero el esfuerzo merecerá la pena.
Otro punto que te recomiendo es contar con un fondo económico de tranquilidad. Si renuncias a tu trabajo estable por un negocio que ya está generando dinero, el fondo puede ser algo menor, aunque mi recomendación es que sea de mínimo 6 meses de tus gastos mínimos (sin contar con tu fondo de emergencia, siempre recomendado en cualquier caso).
Lo ideal es que no tuvieras que tocar ese dinero, pero que en todo caso, pudieras tener un “pulmón” de 6 meses sin tener que tocar tus ahorros familiares, para que así puedas tomar mejores decisiones.
Por eso la clave no está en ahorrar para dejar tu trabajo, sino en encontrar la forma de que empiece a funcionar antes de que renuncies definitivamente, y así poder tener esa tranquilidad extra.
Y Armenia, ¿cómo hacer que mi negocio empiece a rodar si todavía estoy trabajando?
Si tu tiempo es limitado, es importante aprender a optimizarlo, y evitar ir a ciegas.
Para ello, nada mejor que alguien te que guíe de forma personalizada y paso a paso, teniendo en cuenta el punto en el que estás, tus circunstancias y tus metas.
Espero que este artículo te haya dado claridad sobre cómo hacer la transición de la forma más eficiente y segura posible a la hora de dejar tu trabajo y emprender. Si es así, me encantará saberlo.
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