Si piensas que crear tu propia metodología como coach es pensar en un nombre original y ponerlo en tu web, estás en un grave error. 

También si piensas que tú no necesitas nada de esto, que tú ya de por sí eres diferente a los demás sin metodología ni nada. 

Hoy en este post quiero mostrarte las razones por las que deberías sentarte a crear tu propia metodología como coach y cómo puedes hacerlo. 

¿Te quedas?😉

Tener una metodología es clave 

Tener una metodología puede marcar la diferencia, y te voy a explicar por qué. 

En primer lugar, cuando te pregunten qué haces y tengas que explicarlo, no te volverás a quedar en blanco o te irás por las ramas. 

La metodología te da estructura, y podrás explicarle a tus clientes cuál es el paso a paso de tu forma de trabajar, para que de esta forma pueda visualizar qué es lo que conseguirá contigo. 

Estarás de acuerdo conmigo en que no es lo mismo decir: “Hola, soy Luis, coach y trabajo contigo para que te sientas mejor” que: “Hola, soy Luis, coach experto en empresarios, y te ayudo a conseguir una mejora en tu rendimiento y bienestar a través de mi método propio, ¿quieres que te cuente más sobre esta metodología?”

Tener un método, por tanto, le da más credibilidad a tu mensaje, por lo que automáticamente a tus potenciales clientes les da más confianza contratarte. 

La estructura te permite dominar cada detalle de tu servicio, y no da espacio a la improvisación (con el caos que eso puede suponer…), con lo que la experiencia es mejor todavía, y el valor percibido aumenta.

Y por si todo esto fuera poco, aquí tienes una razón más, que para mí es la más importante: 

Con una metodología propia, puedes crear sistemas, reutilizar recursos y ejercicios, ir mucho más ágil, y además de dar cada vez mejor servicio, optimizar el tiempo que le dedicas a cada cliente. 

Así que como ves, razones para crear tu metodología propia hay, y muchas. 

¿Te he convencido? 😉 Pues vamos a ver por dónde puedes empezar a crear tu metodología. 

Cómo crear tu metodología como coach 

Para crear tu metodología propia, lo primero que vamos a hacer es sentarnos y pensar en el cliente ideal

Vamos a desgranar al máximo posible qué es lo que más le duele, cuál es su problema principal, cuáles son sus problemas secundarios, qué es lo que quiere conseguir y qué es lo que le motiva. 

Por ejemplo, siguiendo con el caso que hemos mencionado de Luis, podría ser:

Mi cliente ideal se llama Joaquín y tiene 47 años. Tiene un alto cargo en una empresa, pero cada vez está más estresado. Lo que era un sueño, se empieza a convertir en una pesadilla. Ya no tiene tiempo ni para sus hijos, ni su mujer, ni sus hobbies, solo para la empresa desde que se levanta hasta que se acuesta. 

Él lo que quiere es conseguir sus objetivos profesionales, ser reconocido y al mismo tiempo poder disfrutar de su vida, volver a jugar al pádel, ir con su familia a comer todas las semanas, y poder vivir más tranquilo en general. 

Como ves en este ejemplo, el problema principal de Joaquín es el estrés, y secundariamente la pérdida del reconocimiento y el no poder disfrutar de su vida privada. 

Por otra parte, su objetivo es vivir una vida más equilibrada sin sacrificar ningún área de su vida. 

Ya con esta parte clara, el siguiente paso sería ir definiendo las distintas fases del problema y cómo vas a ir ayudándole a ir desgranando todo. 

Por ejemplo:

  • Primera fase: vamos a detectar cuántas horas le dedicas a cada cosa, qué es lo que te drena la energía, qué es lo que te la recarga, y cómo reorganizar el día. 
  • Segunda fase: vamos a encontrar las creencias que se activan cada vez que renuncias a algo. 
  • Tercera fase: vamos a definir dónde están los límites entre tu trabajo y tu familia, para que puedas rendir al máximo en la empresa y tengas momentos familiares de calidad. 

Etc. 

La idea es que no sean más de 5 o 6 fases, y que se muestre como va a llegar del punto X (situación actual) al punto Y (situación ideal) gracias a tu método. 

Y ya por último, que sé que muchos lo estaréis deseando, llega el momento de ponerle nombre al método

Como habrás visto, no es lo más importante, e incluso puedes tener una metodología sin nombre, pero un nombre siempre le dará un aspecto “más vendible”. 

Si le pones un nombre corto, fácil de pronunciar y que tenga alguna relación con lo que haces, será más recordable y te ayudará a que se posicione en la mente de tus clientes. 

Pero te repito, esto no es lo más importante, y puedes perfectamente funcionar con tu metodología aunque no tenga nombre propio. 

Lo bueno es que habiendo definido los pasos, vas a poder ir mejorando tu forma de trabajar, y ajustando a medida que lo vayas implementando para dar mejor servicio todavía. 

Así que hoy tienes tarea. 😅

Siéntate a definir tu metodología como coach, y si te apetece, ponla en los comentarios para que pueda darte feedback 🙂

Sobre mí, Arménia Barradas

Ayudo a COACHES y otros profesionales del desarrollo personal a dedicarse profesionalmente a su pasión creando para ello un negocio rentable y fiel a su esencia

Encuéntrame por aquí:

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

Tal vez pueda interesarte:

Descarga gratuita

Llévate la guía definitiva para crear tu servicio de coaching desde 0

>